Dulce presencia, que azota mi alma,
intranquilo consuelo, relincha mi calma.
Faldas cortas, mallas ajustadas,
piernas turgentes, carnes enlatadas
que no dejan nada a la imaginación;
pecado capital, y sin perdón!
Pasean en desbandada,
luciendo su perfido cuerpo
sin secretos, entre las mantas
de la cama de algun torero.
Que putas las damas que me obligan,
a trasnochar echandolas en falta,
tan lejos y cerca de su ombligo
besando, palmo a palmo, el suelo que asfaltan.
Como siempre dije; se ensañan con los poetas las faltas de ortografía. Perdón.
Jaja que buena la ultima frase
ResponderEliminarParece que le das bastante musicalidad al poema que quiere ser canción
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=zRRE7DFnB6M
ResponderEliminarHas visto la peli de la que es la parte final de la cancion? creo que es de martin hache...